XCII
Amor mío, si muero y tú no mueres,
no demos al dolor más territorio:
amor mío, si mueres y no muero,
no hay extensión como la que vivimos.
Polvo en el trigo, arena en las arenas
el tiempo, el agua errante, el viento vago
nos llevó como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.
Esta pradera en que nos encontramos,
oh pequeño infinito! devolvemos.
Pero este amor, amor, no ha terminado,
y así como no tuvo nacimiento
no tiene muerte, es como un largo río,
sólo cambia de tierras y de labios.
(Un recordatorio del maestro Neruda para estos tiempos.)
La imagen muestra la propiedad de Paul Cézanne, en Aix-en Provence.
Cuando llegué a Francia tuve oportunidad de visitar los jardines de Giverny, propiedad de Monet, ahora que vi la austeridad de Cézanne no puedo sino preferirlo.
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